La vida y la realidad es más compleja que un sí y un no, un blanco y un negro. No hay respuestas binarias para la mayoría de las situaciones, pero podemos tender preponderantemente a contestar de una u otra manera.
¿El interés general o el beneficio personal?
¿Las normas o la política?
¿Lo correcto o lo bueno?
¿Aprender o aprobar?
¿Lo moral o lo no prohibido?
¿Lo tradicional o lo nuevo?
¿Lo profundo o lo superficial?
y así..
Y, el cuestionamiento que debemos hacernos es si estamos en condiciones de colocarnos en una posición de juzgadores de la respuestas ajenas. Más aún, sobretodo, si tales decisiones hacen felices a otros y no afectan de manera directa a terceros.
Para pensar, y pensarnos.
RD.